martes, 27 de octubre de 2015


El valor de la sinceridad, es el valor de expresarnos con la verdad, tanto con otros, con nosotros mismos.

Ser sinceros, es sin duda uno de los más estupendos valores que podemos tener en nuestra vida… Es ser quienes somos, decir lo que pensamos y no aparentar algo que no sentimos.La sinceridad, es sin duda el pilar que provee solidez a toda relación interpersonal, provee confianza y firmeza a lo largo del tiempo.
La sinceridad, es sin duda el pilar que provee solidez a toda relación interpersonal, provee confianza y firmeza a lo largo del tiempo.

 SER SINCEROS 


Debemos procurar decir siempre la verdad, esto parece muy sencillo, pero muchas veces cuesta más de lo que se cree. Se utilizan las ''mentiras piadosas'' para ocultar cualquier cosa que para nosotros es una tontería, pero que en realidad a la persona que mientes haces daño, y esta pequeña mentira que en un principio nos es nada se va haciendo más y más grande hasta que la verdad se acaba sabiendo y sorprendiendo a quien mientes.

La sinceridad no sólo se ve en las palabras, sino que también se demuestra por medio de nuestras actitudes.

LA SINCERIDAD EN LA FAMILIA



Para ser sincero se necesita tener mucho ''tacto'' y esto significa que cuando debemos decirle a nuestra familia la verdad de lo que pensamos y esta verdad la incomoda debemos utilizar las palabras, las expresiones correctas ya que el primer propósito es ''ayudar'' a esas personas, y esto es necesario para que las personas escuchen y vean que lo que se le dice va con buenas intenciones y sin ánimo de ofenderle.


La sinceridad también requiere valor ya que a la hora de decir la verdad a las personas que amamos por ejemplo, el no decir la verdad no se puede justificar La sinceridad no sólo se ve en las palabras, sino que también se demuestra por medio de nuestras actitudes.



SER SINCEROS CON UNO MISMO




Cuando somos sinceros, nos comunicamos con transparencia. Esta sinceridad se fortalece cuando estamos alineados en pensamientos, palabras y acciones. En cambio, cuando nuestras palabras expresan un mensaje mientras nuestro cuerpo está transmitiendo otro, estamos desalineados. Esto indica que nuestro diálogo interior no es claro. Quizá ni siquiera nos planteamos esa conversación entre corazón , mente, y lógica.

Decirse la verdad a uno mismo es difícil los tres pilares de una buena vida son la cultura, la amistad y el diálogo basado en la palabra. Esta debe ser profunda y verdadera para que todo tenga sentido y contenido. La dificultad radica en la falta de diálogo sincero con uno mismo.
"Hay voces internas que nos hablan: el miedo, el ego, la avaricia, los deseos, el pasado... ¿a qué decimos sí  y  a qué decimos no?"

 Nos parece complicado mirar hacia nuestro interior. No se nos ha educado en ello. La sociedad del consumo y del entretenimiento provoca estímulos que nos distraen, y nos olvidamos de nosotros mismos. Es lo que buscan muchas personas, mirar hacia fuera antes que ordenarse por dentro. Muchas caen en un consumismo fácil, que les arrastra además a una carga económica adicional.
Si mantuviéramos un diálogo sincero con nosotros mismos, adoptaríamos posturas más radicales, más transformadoras de la realidad. Dejaríamos de ser espectadores para ser actores que inciden en el mundo y lo transforman. 

"El diálogo más difícil es el que debemos mantener con nosotros mismos"


Tememos ver nuestras sombras interiores, nuestros miedos y nuestra vulnerabilidad. Huimos de ello viviendo hacia fuera. "No te entregues a tus miedos si lo haces, no podrás hablar con tu corazón".
Nos preocupa excesivamente la opinión de los demás. Nos evaluamos basándonos en la visión que el otro tiene de nosotros. Pero seríamos más felices y tendríamos una mejor autoestima si nuestro sistema de auto evaluamos se rigiera por nuestros valores, nuestra ética de la responsabilidad y nuestro diálogo interior. 

REFLEXIÓN

Nosotros como personas debemos ser sinceros, es un valor que debemos vivir para tener amigos .
la sinceridad no es algo que debemos esperar de los demás , si no que es un valor que debemos vivir, el cual lo demostramos por medio de nuestras actitudes.

DEBEMOS DECIR SIEMPRE LA VERDAD

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